Licenciada en Medicina y Cirugía, Especialista en Cirugía Torácica, Universidad de Pisa
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Preguntas para entender el presente y diseñar el futuroNací en Lucca, en Toscana, en 1991 y he pasado gran parte de mi vida en la ciudad de la torre inclinada, Pisa. Crecí en un entorno familiar estimulante, con padres jóvenes y estímulos culturales que llegaban de todos los ámbitos formativos; mi madre, abogada, me acercó a las letras y mi padre, cirujano, a la ciencia y a la destreza manual práctica. Crecí estudiando en el liceo científico, cultivando siempre una pasión por la literatura pero también con una inclinación artística que me involucraba plenamente. Siempre he practicado teatro y canto, desde los primeros cursos hasta compañías independientes. De joven, como especialista en formación, abandoné por motivos logísticos estas pasiones sin perder, sin embargo, la enseñanza recibida.
La elección de medicina fue casi natural, nunca pensé ni sentí que pudiera hacer otra cosa. Me gradué en la Universidad de Pisa con 110/110. El camino quirúrgico tuvo algunas desviaciones durante mi primer período formativo, probablemente porque siempre me han interesado varios componentes médicos y la condición humana en su generalidad. La reanudación de la práctica quirúrgica fue definitiva con la pasantía postgrado y con la elección de cirugía torácica en la Universidad de Pisa. Actualmente curso el tercer año de especialización y, además de adquirir las prácticas quirúrgicas tradicionales, tengo la oportunidad de acercarme al mundo de la cirugía robótica.
De pequeña me encantaba arreglar relojes, tocando y moviendo los pequeños engranajes; hoy, gracias a los simuladores robóticos de los que disponemos, estoy aprendiendo a usar la misma percepción táctil con la intervención de los brazos robóticos y la sincronía que siento que voy adquiriendo cada vez más me ha hecho enamorarme de este mundo tecnológico hasta el punto de intentar seguir ese camino de entrenamiento que pueda darme las competencias y la autonomía, en el futuro, para poder ocuparme cada vez más de la llamada cirugía digital.
Espero poder intercambiar experiencias pronto con otras realidades para poder mejorar mis conocimientos: el entusiasmo que se respira en mi centro quirúrgico es contagioso y ha encontrado, en mi deseo de experimentar, un terreno fértil. Estoy aprendiendo en un centro donde la igualdad de oportunidades no es una esperanza sino la cotidianidad, y donde el factor humano se arma con nuevas competencias tecnológicas para ofrecer el mejor tratamiento sanitario posible. Esto espero que pueda ser mi futuro.