Ginevra Larroux

Estudiante de primer año de Máster en Ciencias y Tecnología de la Energía, EPFL Me llamo Ginevra, tengo veintidós años y curso el primer año de la Maestría en Ciencias y Tecnología de la Energía en la École polytechnique fédérale de Lausanne EPFL, Suiza. Obtuve el título de Grado en Ingeniería Física en septiembre de 2022 en el Politécnico de Milán.

Fui seleccionada entre “Las mejores estudiantes de primer año de mi carrera 2019-2020” y disfruté del privilegio de la exención fiscal por mérito. Me gradué con la máxima calificación en el liceo científico Paolo Frisi de Monza; durante el cuarto año pasé seis meses en la C. Milton Wright High School de Bel Air, Maryland, EE. UU. Aunque todavía aprecio mucho la literatura y las artes creativas, en esos años se manifestó cada vez más mi preferencia por las materias científicas.

Pronto decidí dedicarme a la Física, pero con un enfoque lo más participativo posible al mundo del que tengo experiencia, que para mí significa aplicado a la tecnología: por eso decidí inscribirme en Ingeniería (además de haber tenido siempre una mentalidad bastante “ingenieril”, en el sentido estereotipado del término). Como recién graduada, estoy entusiasmada con la idea de seguir profundizando; mi interés se ha centrado en la física más “macroscópica”: la energía. Me importa mucho el desafío de la transición energética, de la cual mi generación será protagonista. Me apasiona la idea de formar parte del cambio épico que nos espera, con mis competencias de “científica” y, consciente de la responsabilidad del conocimiento, no descuidaré mente y corazón en las decisiones que me deparará el futuro. Paralelamente a los estudios cultivo diversos intereses, el primero de todos: la montaña. Soy una alpinista principiante, esquiadora y corredora. Creo que la montaña transmite valores irrenunciables.

El amor por la naturaleza y el respeto por el medio ambiente son imprescindibles para nuestra generación y serán fundamentales para mis decisiones en el ámbito laboral. La disposición al esfuerzo y la tenacidad necesarias para alcanzar un objetivo, así como la capacidad de evaluar los riesgos y renunciar cuando las condiciones son adversas, han sido formativas para mí. No obstante, el acceso directo y puro a la belleza ha estimulado en mí un sentido cívico y humanitario profundo y consciente.

Durante la experiencia de movilidad internacional viví en una familia de científicos originarios de la India, una oportunidad de enriquecimiento personal significativa. El encuentro con personas de cultura, vivencias y tradiciones diferentes a las mías siempre ha despertado en mí un gran interés. Además, tuve la oportunidad de conocer, como educadora, a los jóvenes que vivieron el terremoto de Amatrice de 2012, gracias a Sport Senza Frontiere ONLUS.

Desde hace algunos años paso mis veranos viajando, por ejemplo, en Armenia e Irán, acompañado también de teólogos y expertos en geopolítica, a quienes, junto con las poblaciones locales, agradezco como fuentes de reflexiones importantes para mi persona y formación.