Camilla Franceschini

Nací el 20 de julio de 1997 en un pequeño pueblo de la provincia de La Spezia, en la rocosa Liguria. La mitad de mi vida la he pasado rodeada de naturaleza y cerca de mi amado mar, para luego mudarme a la neblinosa Parma, ¡pero tan rica en posibilidades!

Desde pequeña he estado fascinada por las computadoras y por el característico y horrible ruido de la conexión con los módems de 56k. Realmente quería entender cómo funcionaba todo este mundo tan extraño y cómo toda esta información lograba llegar hasta nosotros. También admito que dos computadoras fueron víctimas de este deseo de entender cómo funcionaban y, al desmontarlas, después ya no volvieron a encenderse.

Decido entonces inscribirme en el liceo científico “G. Ulivi” de Parma, opción Ciencias Aplicadas, y aquí encuentro mi verdadera pasión: escribir código. Las escenas de las películas donde personas con la capucha de la sudadera puesta en la oscuridad escriben cosas incomprensibles en pantallas negras son reales, solo que normalmente no se ataca el Pentágono, sino que, por ejemplo, yo empecé con “la calculadora” para luego llegar a proyectos más complejos como desarrollar un Instant Messaging Development o un mini sistema de gestión de almacén.

Después del diploma, me tomé un año sabático en el que realicé varios trabajos, entre ellos en una tienda de electrónica, para luego inscribirme en la universidad en el curso de Ingeniería de Sistemas de Información.

Uno de mis rasgos característicos, sin embargo, es el deseo de independencia y por eso me inscribí en un curso de Digital Developer en la entidad para la empresa Cisita de Parma, que terminaba con una pasantía en la empresa. A través de la pasantía fui contratada y actualmente trabajo como programadora mientras termino mi carrera universitaria.

De mí aún se puede decir que soy una persona “veraniega”, alegre y muy empática. Las otras dos “C” de mi vida son el Crossfit, que me ha enseñado la importancia de la comunidad, y el cine, el séptimo arte que nos permite vivir historias increíbles.