El trabajo existe, pero para aprovechar plenamente su valor es necesario repensar en profundidad las competencias – básicas, técnico-profesionales y transversales – y las inteligencias – natural, emocional, artificial, colectiva y relacionada con el envejecimiento – que hoy representan el verdadero capital estratégico. Construir valor entre competencia y colaboración significa desarrollar estas dimensiones de manera integrada, preparando a las personas y organizaciones para enfrentar un contexto en continua transformación.
Las tecnologías no han eliminado el trabajo, pero lo han hecho más complejo, evidenciando una creciente distancia entre las demandas del mercado y las competencias disponibles. Sin embargo, el desafío no es solo actualizar los contenidos, sino innovar radicalmente la forma en que formamos a las personas. En un mundo que cambia rápidamente, todavía sabemos muy poco sobre cómo aprenden realmente los individuos, especialmente en entornos dinámicos como los profesionales.
En este escenario, la inteligencia artificial puede desempeñar un papel crucial en los procesos de skilling y upskilling, a través de soluciones personalizadas de aprendizaje adaptativo, análisis predictivos de las necesidades formativas y plataformas inteligentes de apoyo a la formación. La IA puede contribuir a que la formación sea más accesible, dirigida y eficaz, siempre que se diseñe de manera ética y centrada en la persona.
A nivel europeo, el Plan de Acción para las Competencias y el Año Europeo de las Competencias 2023 han puesto en el centro la necesidad de fortalecer el capital humano para apoyar la competitividad. Este compromiso requiere alianzas concretas entre instituciones, empresas, escuelas y territorios, así como políticas inclusivas que valoren el potencial de todas y todos, reduciendo las brechas existentes.
Solo así podremos construir un ecosistema formativo continuo, dinámico y sostenible, capaz de valorar todas las inteligencias y de acompañar a las personas a lo largo de toda la vida. Un trabajo que no sea solo competencia, sino también colaboración y generación de valor compartido.
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